Una historia distinta
SU NACIMIENTO
Lo que dijo el
rey Herodes cuando le anunciaron el nacimiento de Jesús.
«Mátenlo. En este rincón del mundo hay espacio solo
para un rey».
El número de
líderes religiosos que creyeron que en Belén había nacido un mesías. Cero.
La clase de personas
que creyeron. Algunos pastores
distraídos que cuidaban a sus ovejas por la noche, y una pareja de recién
casados que decían tener más experiencia en traer al mundo a un niño que en
tener relaciones sexuales.
La recompensa que
recibieron José y María por traer a Dios al mundo.
Dos años en el exilio aprendiendo egipcio.
Este fue el
comienzo del movimiento cristiano.
(Y esos fueron los años tranquilos.)
SU MINISTERIO
Lo que se decía
de Jesús en las calles de la ciudad cuando él afirmaba haber sido enviado por
Dios. Familia de tarados.
¿Han visto a su primo?
La reacción de la
gente de su ciudad. Apedréenlo.
La opinión de sus
hermanos. Métanlo preso.
El número de
discípulos que Jesús reclutó.
Setenta.
El número de
discípulos que lo defendieron de las autoridades. Cero.
La valoración de
los seguidores de Jesús tal como apareció en la página editorial del periódico
de Jerusalén. Un grupo de desocupados reclutados en los muelles
y en las zonas rojas.
El número de
leprosos y ciegos y cojos sanados por Jesús. Demasiados
para contarlos.
El número de
leprosos y ciegos y cojos sanados por Jesús que lo defendieron el día de su
muerte. Cero.
SU EJECUCIÓN
La opinión
popular en cuanto a Jesús antes que hiciera la limpieza del Templo. Seguro que se postulará al cargo.
La opinión
popular sobre Jesús después de haber limpiado el Templo. Vamos a ver cuánto tarda en salir corriendo.
La decisión del
concilio judío. Tres clavos y una
lanza.
Lo que se decía
en las calles de Jerusalén después de la muerte de Jesús. Debió de haberse quedado en el negocio de los
muebles.
El número de
veces que Jesús profetizó que volvería a la vida después del tercer día de
haber muerto. Tres.
El número de
apóstoles que oyeron la profecía. Todos.
El número de
apóstoles que esperaron ante la tumba para ver si cumplía lo que había dicho. Cero.
El número de sus
seguidores que creyeron en la resurrección antes que ocurriera. Saca tú mismo la cuenta.
Las apuestas que
a lo mejor se hicieron en las esquinas al día siguiente de la crucifixión sobre
la posibilidad que el nombre de Jesús llegara a ser conocido en el año 2000. «Mejor te voy a dar las probabilidades de que
resucitará de entre los muertos».
SU MOVIMIENTO
La reacción
oficial de los líderes judíos a los rumores de la resurrección. Por supuesto que dicen que está vivo. ¡Qué otra cosa iban
a decir!
La verdadera
respuesta de los líderes judíos a la resurrección de Jesús. «Un gran número de los sacerdotes judíos creyeron y
obedecieron» (Hechos 6:7).
La decisión de
los líderes judíos sobre la iglesia. «Si
su plan viene de autoridad humana, fracasará. Pero si es de Dios, ustedes no
podrán detenerlo» (Hechos 5:38–39).
La reacción de la
iglesia. «El número de los
seguidores crecía» (Hechos 6:1).
La reacción
oficial de los líderes judíos a la conversión de Saulo. ¡Qué mal rayo te parta, fariseo traidor! No pasarán
meses antes que vayas a parar a la cárcel, y entonces ¿qué harás? ¿Dedicarte a escribir
cartas?
¿Qué entendió
Saulo, llamado después Pablo, que sus excolegas no entendieron? «Dios dio [a Jesús] como el medio de recibir el
perdón de los pecados» (Romanos 3.25).
EL MOVIMIENTO CONTINÚA
La creencia del
filósofo francés Voltaire. La Biblia y el cristianismo
habrán pasado dentro de cien años. Él murió en 1778: El movimiento continúa.
Lo que afirmó
Friedrich Nietzsche en 1882: «Dios
ha muerto». El amanecer de la ciencia, creía él, sería el fin de la fe. La
ciencia ha amanecido; el movimiento continúa.
La forma en que
el diccionario comunista define a la Biblia. «Es
una colección de leyendas fantásticas sin ningún respaldo científico». El comunismo se está extinguiendo; el movimiento
continúa.
El descubrimiento
hecho por cada persona que ha tratado de sepultar la fe. El mismo que hicieron los que trataron de sepultar a
su Fundador: Él no permaneció en la
tumba.
Los hechos. El movimiento nunca ha estado más fuerte.
La pregunta:
¿Cómo se explica esto? Jesús fue un
hombre rústico.
Nunca escribió un libro y nunca tuvo una oficina.
Nunca se alejó más de trescientos kilómetros de su ciudad. Sus amigos lo
abandonaron. Uno lo traicionó. Aquellos a quienes Él ayudó lo olvidaron. Antes
de su muerte ya lo habían abandonado. Pero después de su muerte no pudieron resistirlo.
¿Qué hizo la diferencia?
La respuesta. Su muerte y resurrección.
Porque cuando Él murió, murió tu pecado.
Y cuando Él resucitó, resucitó tu esperanza.
Porque cuando Él resucitó, su tumba cambió de
residencia permanente en vivienda temporal.
La razón por qué
lo hizo. El rostro en tu espejo.
El veredicto
después de dos milenios. Herodes tenía
razón: hay espacio para solo un Rey.
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