EL CIELO ES EL LÍMITE

Vivimos en un mundo lleno de obstáculos y limitaciones. El sistema mundial nos ha rodeado con una capa de acero y en medio de este sistema corrupto y manipulado por los de la alta alcurnia no nos resta más que seguir avanzando y luchando a diario por el cumplimiento de nuestros sueños.

Los beneficios no van a parecer como por arte de magia. Los gobiernos no van a solucionar tus problemas. La religión no puede ayudarte a sobresalir de tu dificultad. Para sobresalir de la circunstancia adversa que ahora vives solo hay dos personajes que pueden hacer algo: Dios y tú.

Y muchos comenzaran a pensar y a susurrar: “Yo no puedo salir de este problema, si lo primero que me hace falta es el dinero”. Porque eso es lo que nos ha enseñado este sistema barato. Nos ha gritado al oído todos los días que la solución de los problemas es el dinero, pero esa no es la realidad de las cosas.
Si la solución estuviera en el dinero, entonces porque los famosos y millonarios se están quitando la vida. Y el problema más grande no está en escuchar la mentira, el problema radica en que usted y yo la creamos. Si seguimos la corriente de este mundo, nos iremos hundiendo cada día más y más.

Pero la solución a esto está en usted y yo.
Si me estimado lector, usted tiene la capacidad para salir adelante. Le pregunto ¿Qué ha hecho usted para vencer esa dificultad que ahora vive? ¿Ya lo intento todo? Sino es así, entonces comience a hacer cosas que aún no ha hecho y vera que las cosas pueden cambiar.
En muchas ocasiones nos quejamos por la falta de dinero, pero es ahí donde podemos reflexionar. El dinero no va a llegar por sí solo. Nosotros no tenemos un “guante de Midas” para convertir todo lo que tocamos en oro, pero Dios ha sido bueno nos ha dado dos manos para que podamos trabajar y de esta manera traer el sustento necesario a nuestro hogar.

¿Cuál es su límite? Tener “aunque sea” una pequeña casa o quizás un carro viejo. Si las cosas grandes no llegan, es porque nos conformamos con lo pequeño. Los “aunque sea” no nos traerán lo mejor.
Luche por sus sueños, arriésguese por sus ideales, avance aunque parezca difícil. Y cuando sus fuerzas no puedan más, levante su mirada al cielo y créale a ese Dios grande y poderoso. Ya es tiempo que hagamos nuestra parte y cuando la hayamos hecho dejemos que Él haga la que le corresponde. Una de las cosas que nos ha dañado es que hemos creído que Dios es el “genio de la lámpara” y él tiene que hacer todo lo que deseamos.

Es muy cierto que él es nuestro socorro y que está dispuesto a brindarnos su ayuda, pero existe un patrón que debemos seguir y respetar. Dios nos va ayudar siempre y cuando nosotros hayamos hecho nuestra parte.

Te invito a que ya no vayas por la vida quejándote que tú no tuviste nunca oportunidad de superarte. Las oportunidades se crean. El limite lo estableces tú. Que tu límite de ahora en adelante sea el cielo. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Desanimado.

Ansiedad: LA ENFERMEDAD DE MODA

MIEDO AL FRACASO